jueves, 27 de agosto de 2020

DESGARROS DEL ALMA

                                            

En estos días de histeria, me han venido recuerdos de dolor. Dónde las almas de personas que he querido, volaban. Sin poder decirles lo importante que han sido en la historia que ya tengo escrita, y lo que queda por escribir. Porque las huellas que dejaron y nosotros dejamos son más importantes de lo que pensamos. Vamos con tanta prisa, que nos olvidamos de lo importante. La fugacidad de cada día, crea pequeños momentos que guardamos en forma de recuerdos. Pero a veces nos cruzamos con el dolor… y descubrimos al verdadero ser humano que llevamos dentro. Porque somos imperfectos. Y nuestra ansia por esa perfección absoluta, inexistente, nos hace más daño que bien.  Me duele recordar la mirada aterrorizada de esa mujer de 90 años, que me ha regalado la mayor ternura en este último año. Escuece aún la herida abierta, de la inesperada marcha del ángel zurdo, un vuelo hacia el infinito, demasiado prematuro. Sus alas son el puente de unión entre lo celestial y lo humano. Han pasado tres años, pero parece que fue ayer. Cuando nos conocíamos al entrar en el curso de radio y vivíamos nuestras anécdotas radiofónicas, con el poder de las palabras, descubrimos nuestro lazo más fuerte, los valores. Me quedan pendientes algunas promesas que no cumplí aún. Y sí, creo que pronto despertaré a la Dama de Hielo. Lo más tormentoso es la angustia de no haber podido despedirme. Porque las palabras, consuelan, calman, sosiegan… No me acostumbro aún a ese inhumano reto de acostumbrarme al mensaje de su marcha, frío, helado… porque las redes sociales están bien para compartir ciertas cosas, pero para hablar de un alma querida que vuela, no. Porque las imágenes se te clavan como espadas que crean agujeros en el alma, difíciles de cicatrizar. Porque hay veces que se nos desgarra el alma. Y lo vetamos o nos avergonzamos de ello. Pero la vida, tiene obstáculos y situaciones a las que enfrentarnos. La tristeza es una emoción. Y las huellas que profundamente están en nuestras vidas, una motivación para avanzar. Porque inspiramos a quién más cerca tenemos o les decepcionamos, porque la indiferencia, escuece. Humanizar lo inhumano es necesario. Ahora prohibieron los abrazos y los besos, pero tenemos la voz y las miradas, nuestras palabras son importantes y el aprender a dar calor a las adversidades más frías, es crecer como humanos.  No olvidemos que tenemos que crecer y creer que la Esperanza, nos ayuda a alcanzar esos sueños, que, en días de oscuridad, nos da la más deslumbrante luz, para poder continuar y conocer el valor de seguir adelante. Si la vida te duele hoy, no te preocupes, porque la luz volverá a salir. ¿Y a ti, se te ha desgarrado alguna vez el alma?