miércoles, 31 de julio de 2019

LO INHUMANO...



En esta ocasión quiero compartiros una reflexión muy personal , sobre lo que estamos normalizando y quizás debiéramos intentar cambiar o transformar. Y comenzaré hablando de la indiferencia.



Tengo varios ejemplos guardados en mis recuerdos no tan lejanos. Cuando viví en Madrid por ejemplo; volvía en metro del curso de radio al piso que tenía alquilado y compartía con un compañero. Subíamos por las escaleras mecánicas , éramos unas 100 personas las que seguíamos el mismo camino para salir por la boca de metro de Lucero , pero había una señora que iba sobrecargada con su carrito de la compra, el cual subió también por dichas escaleras. No colocó bien las ruedas, y cuando llevaba medio recorrido, se cayeron ella y su carrito. No se trata de juzgar si ella hizo bien o mal llevando a cabo esa acción, si no lo que pasó a continuación: de las 100 personas que había solo nos quedamos dos a ayudarla. El resto de pasajeros , pasaron a nuestro lado con absoluta indiferencia. A esta mujer no la pasó nada y sólo perdió una cantidad pequeña de su compra. Pero lo que da que pensar es esa actitud ,de yo no vi nada... Pero, no terminó aquí la cosa. Tras asegurarnos de que estaba todo bien , fui a avisar al taquillero del metro de la caída, y que necesitábamos que el personal de limpieza acudiera a limpiar, para que nadie se resbalara. Repito que 100 personas pasaron antes que yo tras ver ver el incidente y ninguna avisó de nada. El funcionario del metro se asustó al darle la noticia y primero preguntó por el estado de la mujer, tras comunicarle que milagrosamente estaba bien , avisó al servicio de limpieza. Pero he aquí mi reflexión: ¿Nadie pudo perder 20 segundos en informar de lo sucedido al señor del metro? ¿Qué estamos haciendo?

 Por suerte otro día también pude ver un incidente que terminó de muy distinta manera: un hombre que bajaba las escaleras en Diego de León se mareó y otro caballero situado en las escaleras de subida , al ver lo ocurrido, saltó y corrió en su ayuda. Esperanza hay en ese valor tan importante llamado humanidad. Pero no debemos dejar que se expanda a esta velocidad , lo que califico de inhumano. 


Voy a entrar ahora en un ámbito totalmente diferente: las nuevas tecnologías. En los tiempos que corren , dónde los dispositivos electrónicos nos dicta en demasiadas ocasiones el camino a recorrer, damos por hecho cosas como que, las redes sociales son nuestra única vía de comunicación. Son una gran herramienta sí, pero nos hemos olvidado de las llamadas de teléfono o las charlas de persona a persona. ¿No os ha pasado que habéis quedado con alguien y os ignora por estar absorbido por las conversaciones de su whatshapp? ¿O estar en un bar donde vemos grupos de personas (sin importar la edad) que se ríen pero no hablan entre ell@s porque se están escribiendo a través del móvil a pesar de estar un@s delante de l@s otr@s?

Si vas paseando por la calle, levanta la mirada y observa a tu alrededor ¿cuánta gente no mira al cruzar la carretera por no perder de vista la pantalla de su dispositivo electrónico? 
 


No, no somos robots. El poder de las palabras y de la Humanidad existen y son inmensos e infinitos. Aunque veamos como ventaja la inmediatez , no debemos olvidar que el ser humano es sútil y estamos hechos de emociones, no con emoticonos. Somos capaces de crear malentendidos absurdos que se hacen bola por la comodidad de mandar mensajes que son malinterpretados al no ser conscientes del tono de voz y las emociones que expresamos con la comunicación más personal.

Estas herramientas no son malas, claro que no. Es la decisión que tomamos al darlas uso. Hemos trangiversado su verdadera finalidad. Somos nosotr@s quienes debemos dirigir a estos dispositivos y no al contrario.
Pensadlo por un momento ¿merece la pena jugarse la vida por un selfie o por un me gusta en las RRSS? Puro postureo , absurdo e hipócrita. Solo nos perjudica no nos ayuda.




Seamos un poco más humanos y que la inhumana indiferencia, esa que rasga y hiere al ALMA más noble , siguiendo modas inservibles, sólo causa innecesaria decepción. Vivamos construyendo emociones que nos ayuden a mejorar,  y dejemos de alimentar esos perfiles sociales que no nos definen sólo nutren una imagen sin ética ni razón.

Gracias por leer estas líneas, que he escrito con el impulso de mi corazón...